El Salmo 42 inicia con una comparación, con el deseo de estar con el Dios vivo, con el anhelo intenso de un ciervo sediento por beber de las aguas.
Los primeros dos versículos inician diciendo: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
La necesidad que tiene el animal de tomar agua para sobrevivir es un símil muy adecuado de la necesidad que tiene el alma de buscar a Dios , que es la fuente de la vida espiritual.
El ciervo brama por dos motivos. El primero de ellos, es porque tiene sed. Bramar quiere decir «mugir», «aullar» o «gritar». Cuando el ciervo brama está demostrando una desesperación interna que constituye un deseo ferviente e imposible de aguantar.
Aquí vemos este paralelismo usado por el escritor para describir la necesidad que es Dios en la vida del ser humano - Dios no es una opción - sino una necesidad para nuestras vidas. Por eso el profeta nos hace la invitación y dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas Isaías 55:1”.
Cuando la fuente de agua estuvo corporalmente en la tierra también extendió la invitación y hoy en día sigue abierta a través del Espíritu Santo.
El último día de la fiesta de las enramadas era el más importante. Ese día, Jesús se puso en pie y dijo con voz fuerte: «El que tenga sed, venga a mí. Ríos de agua viva brotarán del corazón de los que creen en mí. Así lo dice la Biblia. Juan 7:37-38 TLA
Cuando nuestra fe está fundamentada en Cristo, no tendremos necesidad jamás. Quizás no tendremos lo que queremos, pero si tendremos lo que necesitamos. Jesus, es nuestro complemento. Jesús dijo en Juan. 4:14 más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Él es la fuente que quita la sed, que sacia al cansancio, al fatigado. Jesús es el agua viva, los ciervos al no encontrar el agua, saben que tienen otra alternativa, los lirios del campo.
Volviendo a nuestro salmo de esta semana, vemos que el salmista, agobiado por el sufrimiento y las dudas, vuelve a pensar en su experiencia pasada de la presencia y el poder de Dios (v. 4). Recuerda sus experiencias de adoración y comunión junto con el pueblo de Dios; él mismo había sido activo en dirigir a otros. Tales recuerdos aumentan su nostalgia y le dan esperanza.
Y por qué el Salmista usa la imagen del Siervo?
Este animal se cansa muy rápido: cuando se ve acechado, corre huyendo de sus cazadores, por lo cual requiere de altas dosis de agua. Así muchas veces nos sucede en nuestro diario caminar, los golpes de la vida, las traiciones, los engaños, golpean tan fuertes - Que requerimos estar en constante comunicación y conectado a la fuente, esto es Cristo.
Un bramido es un clamor desesperado por agua. Nuestra vida debiera ser así como ese ciervo que brama por la presencia de Dios. No podemos acostumbrarnos a estar sin Dios, debemos anhelar su presencia y koinonia.
Algo muy importante, es que David decía que su «alma estaba sedienta», esto significa que todo su ser deseaba con desesperación sentir la presencia y la llenura de Dios. Este Salmo nos lleva a reflexionar que aunque estemos por pasando por las adversidades, debe haber en nosotros un deseo ardiente por la presencia del Señor.
Ahora, ¿por qué el ciervo busca el agua?
Porque después de haber caminado mucho tiempo (incluso días) por lugares desérticos donde no hay ni gota de agua el busca de manera desesperante, de una manera angustiosa poder encontrar agua para saciar su sed es por eso que brama, por eso gime . Es por esto la necesidad del agua para que el ciervo se mantenga con vida, de la misma manera Jesus es quien nos da la vida en abundancia y el pleno complemento.
Algo peculiar de notar es que el ciervo busca el agua de una forma estratégica. El agua es un refugio, un auxilio, es una salvación. Por esto, de una manera inteligente el ciervo busca este escudo para protegerse y también para satisfacer su necesidad interna
El nombre del Señor es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo. Proverbios 18:10 TLA
Es por esto, que cuando los depredadores están en busca del ciervo, ellos siguen su olor, es por ende que el ciervo busca el agua para caminar por ella , ya sea en un río, en un lago, o por un estancado de agua. De esta forma el depredador pierde el rastro del ciervo.
Es por esto que cuando venimos a la fuente, que es Cristo, el enemigo pierde nuestro rastro ya que debajo de sus alas estaremos seguros. Así que si te sientes perseguido, por la enfermedad, la crisis, la depresión, etc. Ven a Cristo, la Fuente de Agua
Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno,Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Salmos 91:4-6
Shalom,
Pastor Rafael N Vargas
Ministerio Poder y Sabiduría de Dios
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